meramente saciar nuestros deseos. Mientras que en ocasiones esto juega con deseos que son de una naturaleza positiva, como tratar de ser una mejor persona o vivir una vida mas significativa, todo depende de cómo define cada individuo “mejor” o “significativa”. Sin embargo, la verdad de las cosas es que una persona que está sumergida en una egoísta búsqueda de crecimiento no puede ver su vida ni al mundo, como lo que realmente son, mucho menos definir conceptos propensos a la subjetividad como moralidad y propósito. Todo está nublado por el distorsionado lente del ojo del ego. La meta de la autoayuda en el judaísmo es revelar la verdad en todo. Como tal, la verdad siempre toma precedencia sobre el yo de quien la busca. La clave no está en enfocarse en el yo y mejorarlo, sino hacer humilde nuestro yo ante aquel que es mas grande y de esta manera percibir la verdad como es, no corrompida por los malentendidos y distorsiones del egoísmo. Entonces, por extensión, la vida de cada uno de nosotros queda impregnada de la verdad en todas las áreas. Próximos a una era de paz universal, la humanidad se volverá humilde y de esta manera el enfoque de todo el mundo será el descubrir la verdad acerca de Di-os. A medida que nos acercamos a este tiempo auspicioso, comenzamos el viaje enfocándonos en sinceridad, honestidad y el bien universal.
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