El Jasidismo desarrolla el concepto de las aguas del Diluvio de Noé, tomándolo como símbolo del servicio a Di-os. Estas aguas representan las preocupaciones por el sustento económico y el flujo de pensamientos agobiantes que se abaten sobre el individuo. Las aguas pueden ser destructivas como en el diluvio o ser purificadoras y elevadoras del nivel de conexión Divino. Sólo depende de cómo enfrentemos los desafíos de la vida. Si la persona logra superar el torrente
de preocupaciones y aferrarse a la fe en Di-os, pues de Él depende su manutención y sustento y nada le faltará, estas preocupaciones lo elevarán y llevarán a la "Teva" (arca) que en hebreo también significa palabra, como enseña el Baal Shem Tov, que el diluvio de problemas en la vida nos lleva a refugiarnos en la palabras de la plegaria y de la Torá, logrando un mayor y profundo apego a Di-s.
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