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Di-os creó (y lo recrea a cada instante) al mundo con una visión específica en mente, un propósito que impulsa el flujo de la historia humana en una determinada dirección – incluyendo a nosotros mismos. ¿De que manera puede alguna cosa que nosotros hagamos afectar de cualquier manera esa trayectoria, bien sea para hacer que se vuelva manifiesta ó para impedir que ocurra? ¿Tenemos el poder para colocarnos en el camino de la voluntad de el Creador? Lo que este interrogante implica es que todo lo que ocurre en el mundo, desde eventos globales y desastres naturales, hasta nuestras decisiones vitales y cualquier hecho personal que nos haya sucedido este día, todo, está de acuerdo con el plan maestro de Di-os. Por otra parte, nuestra experiencia parece indicar que lo opuesto es verdad – que el curso de la historia y los caminos que tomamos son el producto de la selección humana. ¿Así que, exactamente quien está a cargo? La cuestión se torna mas complicada aún cuando tomamos en consideración que en ciertas ocasiones lo que los humanos hacen no está exactamente de acuerdo con lo que Di-s desea para el mundo. Él quiere un lugar de santidad, paz y amor fraterno, y nosotros parecemos estar produciendo una interminable serie de materialismo, violencia y antagonismo. La verdad es que el mundo se está moviendo hacia delante y se está tornando mejor. Si observamos la escena mayor de la historia humana, el plan para un mundo perfeccionado claramente está tornándose manifiesto. Al igual que un gráfico con una trayectoria ascendente, la humanidad está progresando hacia la Era Mesiánica. A pesar de la trayectoria general, la línea que se mueve hacia arriba está conformada de pequeñas líneas quebradas que oscilan hacia arriba y hacia abajo. Eventos mundiales y episodios específicos en nuestras vidas pueden aportar o deducir el progreso general, pero, la trayectoria general se mantiene igual. El único interrogante es si esas pequeñas áreas bajo nuestro control servirán para acelerar el proceso, ó para tornarlo mas lento.
