Lágrima del alma. Espiritualidad judía

No temas por tener una lágrima. Como le es imposible a una semilla, brotar, crecer su tallo y florecer sin la humedad del agua.
Lo mismo sucede a la neshamá (alma) es inconcebible que se desarrolle sin el riego de
unas gotas de lágrimas que la hacen aflorar al exterior liberándola de sus ataduras existenciales.